Afortunado - Un niño con estrella

Basado en un cuento ruso. Una profecía anunciaba, que el séptimo hijo de un hombre, que a su vez sea séptimo hijo de otro, destronaría al Rey, por lo que este, llegó a enterarse, e incomodo por ser destronado, fue junto a su canciller a dar búsqueda a aquella familia de este niño. Cuando lo hallaron, prometieron cuidar de él, aunque al principio sus padres se negaron, el rey los amenazo. Vistos a la fuera, los padres entregaron el niño al Rey, y este decidió arrojarlo a un barranco. El niño, no sufrió daño alguno, y al poco rato, fue encontrado por un panadero, quien lo adopto y crió.

Paso el tiempo, y este niño con suerte, se convirtió en hombre, pero el Rey descubrió que no murió, e hizo que el joven fuera a la corte con una carta sellada por él mismo sin saber, que en esta estaba la orden de erradicar joven. En su camino, el joven cae dentro de un escondite de ladrones donde conoce a uno; que después de dormirlo con engaños; lee la carta, y compadeciéndose de él, cambia el contenido por la orden de que se le ofrezca la mano de la princesa. Al despertar el joven afortunado se encuentra a la puertas del castillo, luego, entregó la carta y se cumplió la "orden" del Rey.

Un niño con estrella - El narrador de cuentos

El Rey, al llegar a la corte se sorprendió por lo ocurrido, y muy molesto disimuladamente, dijo que aprobaría su matrimonio siempre y cuando el joven consiguiera la pluma dorada del Grifo (un monstruo que asolaba el reino). En su búsqueda del Grifo, llega a un lago donde se encontraba una isla refugio y claro, era el escondite del Grifo. Para llegar a ella había un barquero con una maldición, y que era llevar por siempre de orilla a orilla a todo viajero que llegase. El joven afortunado al llegar a la isla, se encontró nuevamente con el mismo ladrón que cambio su carta, y con su ayuda, pudo obtener la muy deseada pluma dorada.

Al regresar a la corte con la pluma; el Rey estaba muy furioso, pero al ver que el Joven afortunado trajo consigo joyas preciosa que había tomado de la isla, le dio su bendición, sin antes preguntar, de donde había sacado tal riquezas. Motivado por su ambición, el Rey decidió ir a la isla del Grifo, y en medio del lago, apresurando al Barquero, este le ofrece el remo para que el mismo reme, sin saber, que así, le pasará su maldición.